SITIO WEB DE SALUD Y CALIDAD DE VIDA DE LA ASOCIACIÓN COOPERADORA DEL CENTRO DE SALUD “LEONOR NATALI DE CAPPELLI”

Herminio Nucci, vecino whitense

Publicado Septiembre 2016

LLEGÓ CLÍNICAMENTE MUERTO Y LO REANIMARON 48 MINUTOS DESPÚES

Un dolor en la espalda, la decisión de ir desde el puerto hasta EL HOSPITALITO para realizarse un chequeo y la vida de Herminio Nucci que queda suspendida en el paso a nivel del puesto de Prefectura sobre Vélez Sársfield, sin latidos y sin respiración. El cuerpo médico del hospital no se rindió.

 

“Estábamos en el trabajo, en Semaport Bahía. Le dije a Alberto Lértora si no me llevaba hasta el hospitalito por un dolor que estaba sintiendo detrás del cuello, en la parte alta de la espalda. Antes de pasar el paso a nivel del puesto de Prefectura, me infarto. Hasta ahí es donde me acuerdo. Él se asustó porque me volqué sobre el parabrisas, me sostuvo con la mano; así manejó hasta el hospitalito, donde puso el auto de punta. Entré al hospital sin latidos  y sin respirar”.

 

Herminio Nucci cuenta en primera persona la historia que se escribía con final abierto el 3 de diciembre de 2015, con mate en la mano, en la cocina de su casa en el barrio YPF del 26 de Septiembre. Aquel día, en el Centro de Salud whitense, lo atendieron rápidamente mientras su compañero llamaba a su esposa, quien acudió velozmente al hospital junto a su hijo. Pasaban los minutos hasta que uno de los médicos salió a hablar con la familia: “Hicimos todo lo posible, no podemos hacer nada más. LLegó infartado… falleció”.

 

La esposa pidió verlo. El hijo también. Ingresaron tomados de la mano. Cuando fueron a la sala vieron al doctor Bugatti presionando el pecho de Herminio… 48 minutos después de que sus pulmones dejaron de respirar, de que su cerebro dejase de recibir oxigeno y 48 minutos después de que el monitor conectado a sus pulsaciones no parase de dibujar una insensible línea horizontal. La mujer tomó la mano de Herminio y luego, cuando abandonba la sala acompañada por uno de los doctores, entornó la puerta, y fue ahí que la voz de Bugatti extremeció a todos al exclamar: "¡hay un hilo de vida!".

 

"Empezó a latir muy suavemente, pero empezó. El corazón había reaccionado", recuerda Herminio.

 

El equipo médico se conformó de inmediato y aferrados a ese hilo tan delgado, se dispuso

el traslado de Herminio hasta el Hospital Municipal "Dr. Leónidas Lucero". En el viaje le dieron

dos nuevos infartos. Posteriormente, se consideró que era conveniente llevarlo al Hospital

Español donde finalmente fue estabilizado. Los médicos y enfermeros whitenses seguían a

su lado.

 

Hermino cerró los ojos en el paso a nivel y los volvió a abrir cuatro días después. Otros cuatro

días le llevó recuperar paulatinamente la conciencia.

 

Quedó internado 19 días y milagrosamente su cerebro no muestra secuelas. En teoría, el cerebro

puede sufrir daños permanentes tras no recibir oxígeno durante en un par de minutos, pero no

sobreviviría más de 15 minutos sin él.

 

"Yo estuve 48 minutos sin oxígeno, algo tuvo que haber habido, porque debería tener secuelas

por todos lados", reflexiona.

 

Su familia y compañeros de trabajo pasaban y le hablaban, estimulándolo. Tras el alta, Herminio

debió hacer rehabilitación neurocognitiva, no motriz.

 

"Después de todo lo que me pasó, que no fue poco, puedo decir que hoy estoy mejor que nunca. Veo las cosas desde otro punto de vista. No es que quiera a las personas más que antes, pero miro a los ojos y expreso mis emociones. Tenés las antenas paradas para no cometer errores que inconscientemente cometés.

 

"Hacés cosas que antes no hacías -destaca Herminio-. Antes vivia muy pendiente de mi trabajo, que aprendí e hice bien, pero no le sirvió a mi salud. Al estar sometido a esa presión, también me perdía de cosas como la familia. Tengo un desfibrilador, un marcapasos desde hace siete meses. Hoy no puedo subir a las grúas, pero tengo la capacidad de palpar en el aire hasta lo más insignificante y no lo dejás escapar, porque ahora puedo ver el valor de las cosas simples".

 

Preguntas frecuentes

 

-Una vez recuperado, ¿qué le dijiste a los médicos que te salvaron cuando los tuviste enfrente por primera vez?

-De corazón, del mismo que salvaron, les agradecí y les pedí que viniesen a comer un asado a casa. Los vi sentados a mi mesa, conversando de igual a igual. Fue como estar en un paraiso. Ellos salvan vidas siendo seres humanos como nosotros, y a veces necesitan comprensión. Carlos Maroun -doctor, jefe de Zona- me dijo que habìa pasado a ser como un hermano de ellos y yo sentì una emociòn hasta las lágrimas. Decir gracias fue poco. Conocí a las personas detrás de los profesionales. Bugatti sólo me pidió una cosa: que no me descompusiera porque aún tenía los brazos acalambrados.

 

-Una pregunta común en estos casos... ¿festejás dos cumpleaños? (risas).

-Si si. El 3 de diciembre del año pasado festeja- mos volver a ser parte de la vida, pero

yo nací un 13 de enero, que también festejamos.

 

-¿Y le da participación a la fe en todo esto?.

-Si. Soy católico. Creo en Dios,en la Virgen, en el Gauchito Gil, en la Difunta Correa. Estoy

casi seguro que me quedé en la vida por un propósito.

"No sé si las empresas le dan plata al hospitalito, pero si le dan ayuda, ésta debería ser tres veces mayor porque nosotros, los whitenses, lo necesitamos porque estamos en una zona de riesgo”

 

"Hubo gente que tuvo otra experiencia en el hospitalito y yo no me expreso en desmedro de esas personas porque es posible que un profesional se equivoque, ya que es un ser humano, pero yo le debo la vida al hospitalito. Cuento mi experiencia, agradeciendo lo que hicieron por mi".

Lectura médica

 

Herminio llegó clínicamente muerto al hospital, sin actividad cardiorrespiratoria. Una muerte

súbita por una arritmia cardíaca producida por un infarto. Se le ocluyó una de las coronarias

más importantes, la descendente anterior -conocida como la arteria de la vida-, que lleva

sangre a gran parte del corazón. Se llevó a cabo un protocolo de reanimación cardiopulmonar,

con masajes, electroshock y entubación para oxigenarlo. Las neuronas son las más vulnerables

a la falta de oxígeno, al punto que después de cinco minutos se prevén secuelas; por ello se

procedió rápidamente a “ventilar”el organismo a tiempo para evitar el daño neuronal, aunque

el corazón siga sin actividad. Herminio fue reanimado y fue despedido con aplausos al pie de

la ambulancia.

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