SITIO WEB DE SALUD Y CALIDAD DE VIDA DE LA ASOCIACIÓN COOPERADORA DEL CENTRO DE SALUD “LEONOR NATALI DE CAPPELLI”

El compromiso de ponerle el cuerpo al trabajo

Publicado Diciembre 2019

MI NOMBRE ES GUSTAVO WAGNER, SOY LICENCIADO EN ENFERMERÍA

Por el Lic. en Enfermería Gustavo Wagner

EUna nota escrita en primera persona que demuestra la convicción con la que un nuevo

profesional de nuestro Centro de Salud, comenzó a cumplir con su rol de Coordinador

de Enfermería.

 

Mi nombre es Gustavo Wagner, soy Licenciado en Enfermería MN: 69688 y estoy realizando

mi tesis de posgrado en la maestría en Salud Colectiva dictada por la Universidad del Sur.

 

El 1 de noviembre de 2019 comencé mi función de Coordinador de Enfermería del Área

Programática N° 7, la cual incluye el Centro de Salud “Leonor Natali de Cappelli” y las

unidades sanitarias de Boulevard Juan B. Justo y del Barrio El Saladero.

 

En el mes de septiembre rendí por primera vez el concurso de coordinador de enfermería

por el cual accedí a esta nueva función de gestión, diferente a mi labor anterior de

enfermería en la Unidad Sanitaria Barrio Latino.

 

En este nuevo proceso de trabajo tengo muchas expectativas y estoy muy contento. Para

este desafío estoy acompañado por la Jefa de Área Programática Lic. en Trabajo Social

Carina Conde y el Jefe del Centro de Salud Med. Federico Bugatti.

 

Este trabajo en equipo es muy enriquecedor para la formación en cuanto a gestión interdisciplinaria, entendiendo la complejidad del proceso Salud-Enfermedad-Atención-Cuidado, que implica la intervención interdisciplinaria e interinstitucional para afrontarlo.

Este enfoque demanda continuar con el trabajo de los Equipos de Salud, orientados en la “Atención Primaria”,una estrategia integral.

Desde esta complejidad, trabajando día a día, nuestra visión es lograr, a través la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, aumentar el bienestar de salud de los ciudadanos sin dejar de lado lo asistencial.

 

Algunas funciones del cargo de coordinador de Enfermería son:

1. Supervisar las unidades del área a su cargo.

2.Evaluar a los trabajadores de Salud a su cargo, de acuerdo a parámetros consensuados con la Secretaría de Salud.

3.Participar en la elaboración del informe de gestión, con diagnóstico, objetivos y metas, realizado con el consenso de los trabajadores.

4.Vigilar epidemiológicamente según manual de normas y procedimientos para la vigilancia de enfermedades de notificación obligatoria del Ministerio de Salud.

5. Intervenir en la gestión de implementación de programas nacionales, provinciales y/o municipales que ejecute la Secretaría de Salud en el Área bajo su responsabilidad, debiendo supervisar el cumplimiento y la distribución de los recursos asociados a las políticas de Inmunización de la Secretaria de Salud.

6. Detectar las necesidades de capacitación en servicio y participar en la planificación de actividades educativas inherentes a la profesión.

7. Fomentar el abordaje del Proceso de Salud-Enfermedad desde una concepción de cuidado incluyendo actividades asistenciales, de promoción, prevención, protección y rehabilitación, comprendiendo acciones extramuros, comunitarias, institucionales y domiciliarias, con el primordial objetivo de mejorar los niveles de salud de la población.

8. Fomentar la participación ciudadana (especialmente las sociedades de fomento, reuniones comunitarias, participación de las mesas de gestión barriales, etc.)

 

Sumado a estas funciones, están las propias del personal de enfermería en la APS (Atención Primaria de la Salud) dirigidas a la consecución de la promoción de la salud, la prevención, la recuperación y la rehabilitación de las enfermedades, de forma tal que sitúe los servicios al alcance del individuo, la familia y la comunidad, para satisfacer así las demandas de salud a lo largo del ciclo vital.

 

  EMPODERAMIENTO

 

Unos de mis objetivos será seguir trabajando en el cambio de paradigma, dejando de lado el modelo médico hegemónico centrado en la atención biológica pasando a una atención centrada en la persona, familia y comunidad; esto se logra con el empoderamiento de las mismas.

 

El término empoderamiento se ha popularizado en el último tiempo. Se refiere a fortalecer los derechos y las capacidades de las personas o las comunidades, haciéndoles ganar confianza y protagonismo. Según esa filosofía, la comunidad debe tener acceso a los recursos y a las decisiones que afectan a su vida.

 

Hace unos años el concepto se empezó a aplicar en el sector de la Salud. En ese caso, alude a la asunción de un rol activo del ciudadano respecto de la gestión de su propia salud.

 

El sistema sanitario lo ha relegado tradicionalmente a un lugar más bien pasivo (Modelo Biomédico): el paciente se limitaba a ser cuidado, mientras que los profesionales sanitarios tomaban decisiones en exclusiva y se hacían responsables de los resultados. El empoderamiento del paciente implica un cambio de mentalidad y la erradicación de ciertas costumbres muy arraigadas en el sistema.

 

Un paciente empoderado es un paciente con capacidad para decidir, satisfacer necesidades y resolver problemas, con pensamiento crítico y control sobre su vida. Y todo ello se consigue, en primer lugar, con el conocimiento.

 

Si la información es poder, un paciente empoderado tiene que ser un paciente informado: ha de disponer de las nociones suficientes para entender la enfermedad y su tratamiento. Corresponde a los profesionales de la salud, pues, transferir los conocimientos y las habilidades para que el ciudadano sea capaz de escoger entre las opciones que tiene al alcance y actuar en consecuencia.

 

La colaboración del paciente permite personalizar los tratamientos, adaptarlos a las condiciones de vida de cada individuo y aumentar su seguridad. El profesional se tiene que asegurar de que el ciudadano entiende correctamente la información y que sabrá utilizarla de manera adecuada. El hecho de delegarle responsabilidad implica dejar que se haga cargo de él mismo con la máxima autonomía y confiar en que será capaz de advertir una incidencia, si se produce, y transmitirla a los profesionales con pensamiento crítico y control sobre su vida. Y todo ello se consigue, en primer lugar, con el conocimiento.

 

Si la información es poder, un paciente empoderado tiene que ser un paciente informado: ha de disponer de las nociones suficientes para entender la enfermedad y su tratamiento. Corresponde a los profesionales de la salud, pues, transferir los conocimientos y las habilidades para que el ciudadano sea capaz de escoger entre las opciones que tiene al alcance y actuar en consecuencia.

 

La colaboración del paciente permite personalizar los tratamientos, adaptarlos a las condiciones de vida de cada individuo y aumentar su seguridad. El profesional se tiene que asegurar de que el ciudadano entiende correctamente la información y que sabrá utilizarla de manera adecuada. El hecho de delegarle responsabilidad implica dejar que se haga cargo de él mismo con la máxima autonomía y confiar en que será capaz de advertir una incidencia, si se produce, y transmitirla a los profesionales.

 

CUADROS DE SITUACIÓN

Uno de los retos más grandes que tenemos es empoderar a la comunidad con respecto a la

Salud para lograr un manejo responsable de nuestra Guardia.

 

En una nota publicada en la anterior edición de esta revista, se explica el sistema de

orientación para la atención de acuerdo a la prioridad en la Guardia, mencionando que no

es por orden de llegada o turno. Se habla sobre la escasez del personal y sobre el mal uso

de la misma por pensar en ella como una atención permanente por causas injustificadas.

 

Creo que la comunidad nos comprende y nos acompaña de la mejor manera posible.

 

Por otro lado, soy un ferviente defensor de mi profesión, la cual realizo desde el año 2004.

Enfermería tiene la particularidad en al resto de las profesiones de salud que es no tener un

colegio de Enfermería en la Provincia de Buenos Aires cuya función sea jerarquizar nuestra

disciplina, la seguridad en el ejercicio  de la profesión, velar por condiciones óptimas de

trabajo, la creación de un código deontológico haciendo respetar la autonomía profesional.

Por tal motivo, la lucha que estamos realizando por nuestro Colegio Público de Enfermeros

de la Provincia de Buenos Aires es constante y diaria.

 

La escasez del personal de Enfermería es una preocupación mundial y en nuestro país es crítica porque hay 4 enfermeros cada 10.000 habitantes, muchas son las causas, pero sabemos que la falta de reconocimiento y jerarquización es una de las principales.

 

Durante nuestra formación de pre-grado, grado o posgrado nos han dado las herramientas necesarias para empoderar nuestra disciplina, ocupar roles de gestión a distintos niveles del sistema de salud y participar activamente en nuestra comunidad.

 

Una Enfermería jerarquizada redunda en más beneficios para la sociedad, asegurando una asistencia más humanizada y de calidad.

 

El del 21 de noviembre de 2018 debimos realizar marchas y reclamos por la decisión tomada en la legislatura porteña de excluir a los Licenciados en Enfermería de la Carrera profesional de Salud. La modificación de la ordenanza 41.455, que regía desde 1986 en Capital Federal, afectó directamente a los Licenciados en Enfermería, Licenciados en Instrumentación Quirúrgica, y los Licenciados en Bio-imágenes, cambiándolos de categoría con una disminución y un desmérito para la profesión.

 

Este y otros ejemplos renuevan nuestra lucha de QUE LOS ENFERMEROS SOMOS PROFESIONALES DE LA SALUD.

Dirección: Harris 3599 - Ing White, Bahía Blanca, Buenos Aires     //     Horario: Abierto las 24 horas     //     Teléfono: 0291 457-1350

COPYRIGTH 2020 - TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

DISEÑO POR