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¿Qué podemos hacer?
Publicado Septiembre 2017
LA SOLEDAD EN LOS WHITENSES
Quizás en momentos, consideremos conveniente optar por la soledad, pero sentirse aislado no sólo tiene efectos adversos sobre la salud mental, sino que afecta negativamente la salud física. Por eso te invitamos a acercarte al Centro de Salud para participar de la organización de talleres de encuentro. Podés proponer ideas acerca de tus intereses para participar como tallerista o usuario.
Ingeniero White es un entramado social. Una red por la cual podemos colarnos por los espacios de esas ligaduras si el tiempo, las circunstancias y las decisiones nos dejan en soledad.
Son muchos los vecinos que viven solos o que se sienten solos en nuestra localidad. De ahí es que surge este artículo. Seguramente, todos conocemos alguien que vive solo pero quizás no nos demos cuenta quiénes están en grupos, pero se sienten solos.
La soledad es una experiencia indeseada similar a la depresión y la ansiedad, que refleja una percepción de la persona respecto a su red de relaciones sociales, ya sea porque esta red es escasa o porque la relación es insatisfactoria o demasiado superficial.
Se distinguen dos tipos de soledad. Por un lado, la emocional, por ausencia de una relación intensa con otra persona que nos produzca satisfacción y seguridad. Por otro, la social, que supone la no pertenencia a un grupo que nos ayude a compartir intereses y preocupaciones.
La soledad se relaciona con estados de tristeza, desamor y negatividad, obviando los beneficios que una soledad ocasional y deseada puede reportar.
Si la soledad es deseada nada hay que objetar, aunque la situación entrañe peligro. El ser humano es social por naturaleza y una red de amigos con la que compartir aficiones, preocupaciones y anhelos es un cimiento difícilmente sustituible para asentar una vida feliz.
Las instituciones y múltiples actividades que se pueden realizar en White parece ponernos a salvo. Sin embargo, la soledad se mete y hasta nos acompaña en la almohada. Lo que sigue, es el amanecer, levantarse y compartir a flor de piel la vida.
La ausencia de un ser querido
Cuando por separación en la pareja, fallecimiento de un ser querido u otra causa, desaparece de nuestra vida alguien a quien hemos amado o que ocupaba un espacio estelar en nuestra cotidianeidad, nos invade una particular sensación de soledad que nos llena tristeza y la desesperanza, nos vemos perdidos y sin referencias en las que antes nos apoyábamos para afrontar la vida.Y por la longevidad e los habitantes whitenses, principalmente en el casco viejo de Ingeniero White, estos casos se repiten.
Esa pérdida es irremplazable pero no debe ser irreparable. Si nos permitimos sentir la tristeza y nos proponemos superarla a base de confianza en nosotros mismos, podremos reunir fuerzas para establecer nuevas relaciones que cubran al menos parcialmente ese déficit de amor que ha causado la ausencia del ser querido.
El desafío pasa por que la carencia de esa persona no se convierta en una carencia general de relaciones. Hay que aprender a vivir el dolor sin quedarnos bloqueados, generar recursos y habilidades para continuar transitando satisfactoriamente la vida.Quien sepa salir del dolor está preparado para disfrutar la vida plenamente en momentos venideros.
La soledad social
Es una soledad muy común. Se trata de quienes apenas hablan con su familia, sus compañeros de trabajo y sus vecinos. No sienten confianza en quienes los rodean,tienen miedo que les hagan algo o que los rechacen.
Plantan un muro a su alrededor y viven el vacío que ellos mismos crearon y que justifican con planteamientos como "no me entienden", "la gente sólo quiere hacerte daño", "sacarte algo"y "cada vez que confías en alguien, te llevas una puñalada".
Esa soledad no deseada puede convertirse en angustia, si bien algunos se acostumbran a vivir solos. Se disfraza la angustia de fortaleza, autosuficiencia, agresividad o timidez. Y todo, para esconder la inseguridad y el miedo a que no se nos quiera o no se nos respete.
Hay también otras soledades indeseadas, como esas a las que se ven abocadas personas mayores, amas de casa o quienes muestran una orientación sexual no convencional, o quienes sufren ciertas enfermedades, incapacidades físicas o psicológicas o imperfecciones estéticas.
Vencer la soledad no deseada: unos pasos útiles
1. Diagnóstico: qué tipo de soledad es la que estamos sufriendo y a qué circunstancias se debe.
2. Tomemos la iniciativa. Fuera la timidez y consigamos nuevas relaciones con personas que nos interesan y elaboremos una estrategia para contactar con ellas.El miedo al rechazo es un freno para entablar nuevas amistades o amores. El objetivo es importante por lo que debemos ponerle actitud positiva.
3. Sin victimismos. El mundo resulta en ocasiones cruel, vulgar, interesado y materialista, de acuerdo. Pero seguro que hay otras personas que pueden estar deseando conocer a alguien como nosotros.
4. No somos tan raros como a veces pensamos. No hay más que hablar en profundidad y confianza con cualquier persona para comprobarlo. Podemos "llenar" a más gente de la que creemos y nos pueden resultar atractivas muchas personas que tenemos muy cerca.
5. Reivindicar las reuniones donde no conocemos a nadie. Tenés que ir. Pueden surgir los temas más interesantes y nuevas relaciones, muy sanas. También puede asistir a grupos que se dediquen a temas que te gusten y compartir un placer o una pasión.
6. No encerrarse en sí mismos. A la mayoría la soledad nos hace daño y nos sienta mejor tener con quién hablar, intimar y a quién querer. A no autoengañarse, la soledad no buscada no nos hace bien.
Un estado transitorio, nada más
La soledad es una situación que debemos convertir en transitoria y no traumática. Nos puede ser útil para reflexionar, conocernos a fondo y encontrarnos sinceramente con nuestra propia identidad. Hay un tiempo para comunicarnos con los demás y otro (que necesita de la soledad) para establecer contacto con lo más profundo de nosotros mismos. Hemos de "hablar" con nuestros miedos, no podemos ignorarlos ni quedarnos bloqueados por ellos. Es conveniente que, en ocasiones, optemos por la soledad.