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La ciencia de ser humanas

Publicado Diciembre 2017

GLADYS Y VERÓNICA SON ENFERMERAS

Las dos responsables del consultorio de Enfermería se sienten bien en White, por la gente y porque tienen un Centro de Salud con todo lo necesario para trabajar como corresponde, en el nivel de atención para lo que fue definido.

 

Afirman que es importante el compañerismo, entre ellas y con el resto del personal: "Sin compañerísmo no se puede trabajar. Las relaciones se reflejan en la atención al paciente. El cuidado comienza entre nosotros, para luego brindárselo a la gente".

 

Las de Verónica (izquierda) y Gladys son caras muy conocidas en el Centro de Salud. Sus buenos

corazones también lo son.

Gladys se bajó del colectivo y cuando caminaba frente a uno de los tantos grandes baldíos que hay en White, la sorprendió un perro que terminó mordiéndola. "La experiencia me traumó. Llegué a pensar en cambiar el lugar de trabajo pero quise seguir aunque a partir de ese momento, empecé a tomarme dos colectivos para venir por otro recorrido y no pasar por el lugar donde el perro me mordió".

 

Verónica trabajó en el ámbito privado hasta que ingresó a la Municipalidad. Se esperanzó en que podría ser destinada a la Unidad Sanitaria de General Daniel Cerri, la cual se encuentra a cinco minutos de su casa (ella vive en Don Bosco al 6000), pero la primera noticia que recibió fue que iba a ir a trabajar a Ingeniero White, a una esquina que se encuentra a dos colectivos de distancia, a un lugar que había ido sólo una vez en la vida.

 

Las enfermeras del Consultorio de Enfermería del Centro de Salud "Leonor Natali de Cappelli" comparten no sólo su lugar de trabajo sino sus ganas por seguir trabajando ahí. ¿Dónde es "ahí"? En nuestro hospitalito, con TODA su gente.

 

Viven su profesión con la vocación de servicio que percibieron de niñas. Gladys Sierra quería ser veterinaria y Verónica Navarro policía. Sus ganas se reflejan en su entorno: Verónica heredó su profesión de su madre Mabel, también enfermera. Gladys, en cambio, legó su quehacer a su hijo Leonel, enfermero.

 

Ellas son las que atienden a los vecinos por controles, vacunación, atenciones a pacientes crónicos y curaciones leves, entre tantas otras tareas. Además, participan de campañas. casa por casa, como la de bronquiolitis en invierno.

 

"Nosotras trabajamos con los dos pediatras, el médico de familia, el clínico, el psicopedagogo, la nutricionista. Acompañamos al resto de las especialidades. Hacemos un trabajo integral y muchas veces se nos consulta porque conocemos a los pacientes desde hace tiempo", comenta Gladys.

 

"Para muchos vecinos, somos sus referentes. Nos cuentan sus problemas físicos pero también los emocionales. Los podemos derivar a un psicólogo o a otros profesionales. Por suerte, en este Centro de Salud hay un amplio equipo interdisciplinario, por lo que tenemos una respuesta cercana y bien predispuesta, por eso también nos gusta trabajar acá", agrega Gladys.

 

Las enfermeras advierten que se topan con problemas sociales que son difíciles de solucionar.

 

"Es una carrera que te tiene que gustar realmente. Es decir, podés hacer la carrera pero el campo es algo muy diferente. Hay momentos en los que podés decir 'que hago acá`. Por eso, desde un principio hay que tener en cuenta que vas a trabajar con personas, para las personas, toda la vida", destaca Verónica.

 

La Enfermería se ha ganado el reconocimiento del resto de los profesionales de la salud.

 

"El reconocimiento de los pares se ganó porque nos vieron trabajar a la par. Hoy la Enfermería es trascendente. Los enfermeros están haciendo residencias en áreas específicas de los hospitales porque no es lo mismo formarse en Neonatología o en Terapia Intensiva que en Oncología. No todas las personas están capacitadas para desempeñarse en cualquier ámbito hospitalario. Antes, a los enfermeros eran comodines. Eso está cambiando, aunque en muchos hospitales siga siendo así.

 

"Eso se tiene que terminar. Yo lo viví. Tenía 20 años y no quería ir a Oncología. No estaba preparada. Cuando llegaba a mi casa, mi mamá me pedía que ya no le contara nada más. Mi carga era otra, me afectaba", recuerda Gladys.

 

Verónica advierte: "En Enfermería, los horarios suelen ser rotativos y por eso, siendo mi mamá enfermera, éramos hijos nómades. Me crié en los pasillos del Privado del Sur. Hoy, compartimos las charlas en la mesa, las anécdotas hospitalarias que al resto de la familia llegan a no tolerar".

 

Ambas volverían a elegir ser enfermeras porque les es gratificante ayudar al prójimo de manera integral, con el objetivo de que se vuelvan autosuficientes, que salgan de las situaciones que los afectan y cruzárselos en la plaza, jugando en familia.

 

"Muchas madres le dicen a los hijos en la plaza: 'mirá quien está allá, ¡la enfermera!' y los chicos nos miran con miedo por las inyecciones", dice, entre risas, Verónica.

Gracias

“Gracias es la palabra que más va y viene en esta profesión. Es un día y vuelta" afirma Verónica. "Nosotras venimos con las técnicas, las pautas de autoayuda... pero de ellos aprendés un montón: la vida".

 

Gladys acota: "Tengo una anécdota bien fresquita. Una vecina de White de muy bajos recursos me regaló unos vasos de plástico. Para mi fue muy gratificante que ella se pusiera en gasto para hacerme un obsequio, sabiendo yo las carencias que pasa. Si bien le dije que no hacía falta, se los tuve que aceptar y fue muy emocionante".

 

Colegio de Enfermería

Un anhelo del conjunto de los enfermeros, como también de Gladys y Verónica, es la conformación de un Colegio de Enfermería en la provincia de Buenos Aires que pueda representar, reclamar y defender los derechos de estos profesionales, en busca de beneficios salarial y laboral.

Dirección: Harris 3599 - Ing White, Bahía Blanca, Buenos Aires     //     Horario: Abierto las 24 horas     //     Teléfono: 0291 457-1350

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