El nombre del hospital 2

Publicado Mayo 2019

Estudió Medicina en la UBA. Fue médico de abordo y pisó nuestro pueblo antes de construirse el muelle de hierro. Fue héroe cuando la peste de cólera atacó la ciudad. Su padre fue rector de La Docta de Córdoba.

 

En 1881, a sus 33 años de edad, el médico jujeño Leónidas Lucero llegó a Ingeniero White a bordo del transporte naval "Villarino", donde trabajaba en su función de galeno. Cuando la nave estuvo en nuestra localidad, Lucero aprovechó para recorrer Bahía Blanca. Hablando con algunos vecinos, se entusiasmó para radicarse en la “Nueva Liverpool” argentina como se nombraba con esperanza a nuestra ciudad, por entonces un modesto poblado de 3.200 habitantes que conocía más de carencias y limitaciones que de expectativas y proyectos.

 

Había nacido el 30 de octubre de 1848 en la extrema provincia del Noroeste Argentino. Su familia, perseguida por el régimen rosista, se exiliaría en Bolivia. Era hijo del Dr Manuel Lucero, prestigioso médico cordobés, rector de la Universidad Nacional de Córdoba y fundador de las facultades de Medicina y Ciencias Exactas de esa ciudad. En su juventud, Leónidas debió mudarse en varias oportunidades junto a su familia por la activa vida política de su padre quien, por ejemplo, se había enfrentado al Gobierno (siendo miembro del Tribunal Superior de Justicia) por intentar encontrar a los culpables de la muerte del General Justo José de Urquiza, con quien mantenía una estrecha relación.

 

Leónidas egresó de la Universidad de Buenos Aires. Obtuvo su título en 1878 e ingresó poco tiempo después en la Armada. Así fue que se incorporó al buque "Villarino" para auxiliar heridos. En esa nave llegó al aún no llamado Ingeniero White. En bahía Blanca le ofrecieron el cargo de “Médico de Policía y POBRES”, función que abrazó con abnegación a pesar de la escasez de elementos sanitarios en una tapera de la esquina de Castelli y Rondeau.

A los pocos meses, habilitaba una elemental enfermería con seis camas.

 

Días de colera

 

Un relato de la licenciada Blanca Sobisch, fundadora de la Escuela de Enfermería Municipal de Bahía Blanca, advierte que

a mediados del mes de noviembre de 1887 el Sr. Conti, dueño de la fonda “De los Estancieros” en la calle Buenos Aires

(hoy Irigoyen) entre Zelarrayán y Mitre, llamó con urgencia al Dr.Mandinich, porque un peón llegado de la localidad “La

Magdalena” se retorcía en la cama atacado de un terrible mal. Se llamó enseguida al Dr. Leónidas Lucero, quien determinó:

se trata de un caso fatal de cólera. El policía que custodiaba el lugar quiso ver al cadáver y pagó cara su curiosidad: sin tomar

precauciones falleció a los pocos días,convirtiéndose en la primera víctima del contagio. La propagación de la epidemia causó

pánico en las familias, que abandonaban sus viviendas y corrían al campo.

 

La ciudad se vio diezmada por la epidemia, convirtiéndose en un pueblo afligido y desolado. Y allí, frente a la adversidad, el

joven médico se convirtió en un gigante. Aplicando todos los preceptos de la Salud Pública, se arremangó y enfrentó a la peste.

Perdió muchos pacientes, pero evitó la propagación. Sin medios, lejos de todo, se convirtió en un héroe. En 1886, la epidemia

de cólera que azotó Bahía Blanca lo convirtió en un verdadero héroe.

 

Consustanciado con su lugar de residencia, fue concejal y cofundador de la Biblioteca Rivadavia y del hospital Municipal, del que

fue, además, su primer director.

 

Nos dejó a sus hijos y a sus nietos, como Julio César Lucero, que también fue rector de una casa de altos estudios: la Universidad

Nacional del Sur. El Dr. Leónidas Lucero falleció el 25 de octubre de 1928, en Capital Federal. Honramos su memoria.